viernes, 31 de julio de 2009

Los Seres Redondos de Platón o la Media Naranja



Platón en su libro El Banquete habla sobre el amor. El compendio trata sobre un banquete organizado por el poeta trágico Agatón para celebrar su victoria en las fiestas Leneas, Erixímaco propone pasar el tiempo en mutuos discursos y a debatir un tema así que pide a cada uno de los invitados que improvise un elogio a Eros (el Dios del amor).


Aristófanes, cuenta el mito según el cual hubo un tiempo en que la tierra estaba habitada por personas esféricas con dos caras, cuatro piernas y cuatro brazos. Tres sexos existían entonces: el masculino, descendiente del sol, el femenino, descendiente de la tierra y el andrógino, descendiente de la luna, que participaba en ambos. La arrogancia de estos seres provocó la ira de Zeus y para someterlos los dividió con su rayo, convirtiéndolos en seres incompletos y condenándolos a anhelar siempre la unión con su mitad perdida. Las tres formas del amor sexual quedan así explicadas: los heterosexuales son descendientes de seres andróginos y los homosexuales provienen de seres completamente masculinos o femeninos.


De aquí surge el mito de la media naranja que dícese de la leyenda que nace del anhelo y la atracción que sienten los “seres cortados” y que les lleva a buscar “la otra mitad”. De esta forma, a través de un relato sencillo, el personaje de Platón expone que es el amor (Eros) y que es el sexo (El corte).


Afirma que los seres humanos no son autosuficientes o completos sino seres vulnerables y por eso buscan vivir en relación, empezando por lo más básico que es su diferenciación como individuos sexuados. Todos somos sexuados lo mismo que somos mortales y todos buscamos “al otro” para convivir y compartir.


Pues bien, gracias a esta leyenda, van surgiendo los poemas, las frases hechas, las leyendas, novelas, películas enfocados a buscar esa persona perfecta para nosotros/as que perdimos en su momento, muy romántico ¿no? Estamos buscamos a alguien con quien estamos predestinados…


Pero viene la parte negativa de esta leyenda… la cual han aprovechado no solo los escritores y poetas sino también Hollywood y Disney. Llevamos oyendo desde que nacimos que tenemos que encontrar a nuestra “media naranja” y que cuando llegue lo sabremos… pues yo he debido ser un poco tonta porque he tardado más de 30 años en encontrarla, o eso creo.


No creo que la educación infantil, especialmente dirigida a las mujeres, haya sido muy objetiva, porque entre los 14 y los taitantos…cada vez que encontramos una pareja, nos ilusionamos a los 5 minutos y ya estamos fabricando a nuestra “media naranja”… claro el tiempo es proporcional a los desengaños pasados… pero recordad al primer amor… jurábamos y perjurábamos que era nuestra “media naranja”, “el otro ser” buscado y encontrado.


Cuando comenzamos una relación, ponemos muchas expectativas en ella, por lo que exigiremos que así sucedan, la complicación viene cuando la sobrecargamos. Me explico, creo que una relación se debe trabajar, cuidar, “regar” para que crezca, sola no sale adelante, y esto implica también que nosotros nos desarrollemos con ella, no podemos proyectar en la otra persona la parte que a nosotros nos corresponde y que adivine qué esperas de esa reciprocidad. La comunicación es básica, no tenemos aún telepatía.


Creo que uno de los momentos más tensos viene cuando las parejas empiezan a exigirse el uno al otro lo que ninguno está dispuesto a dar. No creo que los problemas de pareja dependan de las parejas, sino de las personas, la felicidad no es una meta sino un estado de ánimo, depende de la madurez, de las metas, expectativas, de la plenitud interior de cada uno para poder compartirla con el otro, pero el otro no te hace feliz, contribuye a sentirte feliz y pleno.


Muchos de los problemas que hay en el amor derivan directamente de los problemas y las carencias que tiene cada persona, de los fantasmas del pasado, nuestros miedos y creencias y como lo proyectan en su relación, por eso la comunicación es tan importante, así como el respeto mutuo.


La relación de pareja no tiene por qué plantear problemas graves, depende de nosotros. La unión siempre da más fuerza cuando las cosas se hacen bien. Los problemas de la pareja derivan de la inmadurez emocional y la confusión de valores con que llegan pero si esperamos que la otra persona nos va a bajar el cielo sin poner nada de nuestra parte, el batacazo que nos daremos puede ser tremendo y las exigencias con que agobiemos a nuestra pareja pueden ser realmente asfixiantes.


Las relaciones ideales entre las personas son ganar-ganar y se basan en el respeto no solo físico o psicológico sino también emocional.


Cada persona es única y vivimos bajo nuestro pequeño o gran catálogo de valores y creencias, somos observadores de la vida y emitimos nuestros juicios.


Una de las peligrosas contrariedades surgen cuando, tras quitarnos el velo del “enamoramiento ciego” y vemos que ese ser maravilloso a nuestro lado también tiene defectos, intentamos cambiar a la otra persona por “la persona 100% perfecta” que tenemos idealizada en la cabeza, en ese momento empezamos a faltarle al respeto, ¿por qué? porque pretendemos cambiar su forma de ser, no la aceptamos tal cual es sino que queremos hacerla a imagen y semejanza de nuestra fantasía, el príncipe azul ya no existe así que hay que hacer que exista a toda costa, es más fácil mentirse así mismo que afrontar la terrible realidad y su pérdida.


No todo es tan drástico ni radical, todos podemos mejorar y desechar viejas creencias y sustituirlas por nuevas, podemos adoptar nuevos hábitos que nos ayuden a madurar, pero no podemos cambiar la esencia de alguien.


En el momento en que nos empeñamos en hacerlo, nos estamos haciendo daño; en vez de afrontar que esa persona puede no ser la persona que ambicionamos a nuestro lado y salir de la relación estamos decididos a intentar cambiarla y entonces nos encontramos continuamente con la decepción y la otra persona con una soga al cuello porque no le dejan ser quien es. Las dos personas pierden y la relación está condenada al fracaso y durará hasta que uno de los 2 diga, basta; pero si merece la pena la persona podemos aceptarla con sus defectos y virtudes igual que nosotros tenemos y trabajar en tener una buena relación conjuntamente.


En caso de no ser “la persona” y empeñarnos en mantener la relación, puede convertir en una relación tóxica, si se rectifica, se trabaja unidos y estamos dispuestos a aceptar a la persona tal y como es (siempre y cuando queramos y la relación no nos produzca dolor y pena), la relación va abonándose con la comunicación y la sinceridad.


Las relaciones de pareja son un proceso complejo, controvertido y en constante cambio, cada uno de los miembros de la pareja posee un mundo personal, privado, íntimo, que solo les pertenece a ellos y que están dispuestos a compartir solo una parte de él.


El poder hablar y escucharse uno al otro sin críticas, sin reclamos destructivos, y con comprensión buscando caminos que nos lleve al mejor conocimiento mutuo, la fortalecen. La otra persona tú y pueden ver los intereses que tienen en común, pueden compartir sus sentimientos y tener la confianza de ambos estarán allí para escuchar y apoyarse. En las relaciones sanas, las personas no mienten. La comunicación esta basada en la honradez y la confianza. Al escuchar con cuidado y compartir los pensamientos y sentimientos con la otra persona, estas mostrando que ellos son una parte importante de tu vida.


En fin, los seres redondos de Platón, no creo que se encuentren porque se busquen, sino que porque el camino se encuentran, y yo mas bien creo que ese “otro” es alguien que nos respeta, que nos ilusiona que aporta un grano de arena más a nuestra felicidad y trabaja la relación de la mano con nosotros para que llegue a convertirse realmente en nuestra media naranja.


Lau

jueves, 30 de julio de 2009

Un cuento para la Paz - ETA NO


En menos de 24 horas, en España, han sucedido 2 crímenes atroces en dos lugares diferentes, ETA ha vuelto a actuar sin piedad.

No se me ocurre una mejor manera de luchar contra ETA levantando mi voz a favor de la paz, por lo que quisiera compartir un cuento que me encanta.

Espero que os guste.

Besos

Lau

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En una fortaleza de un reino lejano, Caucasum era un joven valiente, experto espadachín, que soñaba con convertirse en el mejor guerrero del mundo. En todo el ejército no había quien le venciera en combate, y soñaba con convertirse en el gran general, sucediendo al anciano cobardón que ocupaba el puesto. El rey le apreciaba mucho, pero el día que le contó su sueño de llegar a ser general, le miró con cierto asombro y le dijo:

- Tu deseo es sincero, pero no podrá ser. Aún tienes mucho que aprender.

Aquello fue lo peor que le podía pasar a Caucasum, que se enfureció tanto que abandonó el palacio, decidido a aprender todas las técnicas de lucha existentes. Pasó por todo tipo de gimnasios y escuelas, mejorando su técnica y su fuerza, pero sin aprender nuevos secretos, hasta que un día fue a parar a una escuela muy especial, una gris fortaleza en lo alto una gran montaña. Según le habían contado, era la mejor escuela de guerreros del mundo, y sólo admitían unos pocos alumnos. Por el camino se enteró de que el viejo general había estudiado allí y marchó decidido a ser aceptado y aprender los grandes secretos de la guerra.

Antes de entrar en la fortaleza le obligaron a abandonar todas sus armas. "No las necesitarás más. Aquí recibirás otras mejores". Caucasum, ilusionado, se desprendió de sus armas, que fueron arrojadas inmediatamente a un foso por un hombrecillo gris. Uno de los instructores, un anciano serio y poco hablador, acompañó al guerrero a su habitación, y se despidió diciendo "en 100 días comenzará el entrenamiento".¡100 días! Al principio pensó que era una broma, pero pudo comprobar que no era así.

Los primeros días estaba histérico y nervioso, e hizo toda clase de tonterías para conseguir adelantar el entrenamiento. Pero no lo consiguió, y terminó esperando pacientemente, disfrutando de cada uno de los días.El día 101 tuvieron la primera sesión. "Ya has aprendido a manejar tu primera arma: la Paciencia", comenzó el viejo maestro. Caucasum no se lo podía creer, y soltó una breve risa. Pero el anciano le hizo recordar todas las estupideces que había llegado a hacer mientras estaba poseido por la impaciencia, y tuvo que darle la razón.
"Ahora toca aprender a triunfar cada batalla". Aquello le sonó muy bien a Caucasum, hasta que se encontró atado a una silla de pies y manos, subido en un pequeño pedestal, con decenas de aldeanos trepando para tratar de darle una paliza. Tenía poco tiempo para actuar, pero las cuerdas estaban bien atadas y no pudo zafarse. Cuando le alcanzaron, le apalearon.

El mismo ejercicio se repitió durante días, y Caucasum se convenció de que debía intentar cosas nuevas. Siguió fallando muchas veces, hasta que cayó en la cuenta de que la única forma de frenar el ataque era acabar con la ira de los aldeanos. Los días siguientes no dejó de hablarles, hasta que consiguió convencerles de que no era ninguna amenaza, sino un amigo. Finalmente, fue tan persuasivo, que ellos mismos le libraron de sus ataduras, y trabaron tal amistad que se ofrecieron para vengar sus palizas contra el maestro.

Era el día 202.

-"Ya controlas el arma más poderosa, la Palabra, pues lo que no pudieron conseguir ni tu fuerza ni tu espada, lo consiguió tu lengua".

Caucasum estuvo de acuerdo, y se preparó para seguir su entrenamiento.

"Esta es la parte más importante de todas. Aquí te enfrentarás a los demás alumnos".

El maestro le acompaño a una sala donde esperaban otros 7 guerreros. Todos parecían fuertes, valientes y fieros, como el propio Caucasum, pero en todos ellos se distinguía también la sabiduría de las dos primeras lecciones."Aquí lucharéis todos contra todos, triunfará quien pueda terminar en pie".

Y así, cada mañana se enfrentaban los 7 guerreros. Todos desarmados, todos sabios, llamaban al grupo de fieles aldeanos que conquistaron en sus segundas pruebas, y trataban de influir sobre el resto, principalmente con la palabra y haciendo un gran uso de la paciencia. Todos urdían engaños para atacar a los demás cuando menos lo esperasen, y sin llegar ellos mismos a lanzar un golpe, dirigían una feroz batalla...

Pero los días pasaban, y Caucasum se daba cuenta de que sus fuerzas se debilitaban, y sus aldeanos también. Entonces cambió de estrategia. Con su habilidad de palabra, renunció a la lucha, y se propuso utilizar sus aldeanos y sus fuerzas en ayudar a los demás a reponerse. Los demás agradecieron perder un enemigo que además se brindaba a ayudarles, y recrudecieron sus combates. Mientras, cada vez más aldeanos se unían al grupo de Caucasum, hasta que finalmente, uno de los 7, llamado Tronor, consiguió triunfar sobre el resto.

Tan sólo habían resistido unos pocos aldeanos junto a él. Cuando terminó y se disponía a salir triunfante, el maestro se lo impidió diciendo: "no, sólo uno puede quedar en pie".Tronor se dirigió con gesto amenazante hacia Caucasum, pero éste, adelantándose, dijo:

- ¿De veras quieres luchar?. ¿No ves que somos 50 veces más numerosos? Estos hombres lo entregarán todo por mi, les he permitido vivir libres y en paz, no tienes ninguna opción.

Cuando dijo esto, los pocos que quedaban junto a Tronor se pusieron del lado de Caucasum. ¡Había vencido!

El maestro entró entonces con una sonrisa de oreja a oreja: "de todas las grandes armas, la Paz es la que más me gusta. Todos se ponen de su lado tarde o temprano". El joven guerrero sonrió. Verdaderamente, en aquella escuela había conocido armas mucho más poderosas que todas las anteriores.

Días después se despidió dando las gracias a su maestro, y volvió a palacio, dispuesto a disculparse ante el rey por su osadía. Cuando este le vio acercarse tranquilamente, sin escudos ni armas, sonriendo sabia y confiadamente, le saludó:

- ¿Que hay de nuevo, General?

Moraleja: Siempre hay formas mejores de conseguir las cosas que a través de la violencia, con la que todos salen perdiendo.




Los terroristas intentan modificar nuestro comportamiento provocando miedo, incertidumbre y división en la sociedad. Unidad contra ETA NO!!!!




miércoles, 29 de julio de 2009

Vivir sin el “Tengo que..”



Creo que mucha gente vive día a día con la frase en la cabeza… “tengo que…”, tengo que hacer un reporte, tengo que lavar, tengo que ir a una comida, tengo que ver a una amiga, tengo que quedar bien, tengo que, tengo que, tengo que, tengo que…

A pesar de haber conseguido muchas cosas durante nuestra vida, nos juzgamos o nos sentimos como si no tuviéramos nada, todo se enfoca a cumplir una lista de “To Do´s” diaria que mentalmente hace que vayamos palomeando un largo índice que controla nuestras actividades cotidianas, nuestras decisiones, nuestras metas y yo por lo menos acababa exhausta…

¿Os suenan conocidas estas frases?

- “Estoy harta de mi trabajo” o
“de lunes a viernes no paro… no tengo tiempo para mí… solo me relajo el fin de semana y aún así “tengo” que hacer lo que no me da tiempo de hacer entre semana”
- “Ya no quiero salir con esta chica, pero me da miedo dejarla… me da pena y yo me voy a quedar solo de nuevo”
- “ Mi vida es un caos, si mis padres no se hubiesen divorciado, si hubiese tomado el otro trabajo, si mi novio no me hubiese dejado, si esta tía no se hubiese metido en medio, si el gobierno aprobase unas leyes mas justas, si…, si… si…”

Hoy en día que vivimos en una sociedad que nos exige que vayamos a 1000 por hora, nos dicen en la televisión lo que debemos hacer, comprar y pensar, qué es lo políticamente correcto, cómo debemos trabajar, qué debemos decir, cómo lo debemos decir y viven bajo una constante presión para intentar mantener nivelado todo, su trabajo, familia, pareja, amigos, eventos, la casa, el coche… y siguen aplicándolo también en sus propios sueños, adaptándolos a lo que la vida les ofrece en ese momento y se olvidan de lo que ellas quieren para sí mismas, sustituyen el “quiero” por el “tengo que” , dejan que la vida decida por ellos u otras personas, en su defecto.

Tomar cartas en el asunto, no es fácil, todo hay que decirlo, pero depende de nosotros, tomar las riendas de nuestra vida y empezar a hacer lo que realmente queremos hacer y no lo que tenemos que hacer… creo que se necesita valor para enfrentarse a lo que realmente queremos y llevarlo a cabo.

El miedo a lo desconocido, a las consecuencias, a enfrentarnos a una situación diferente que no conocemos y que no sabemos como va a resultar es todo un reto personal, el miedo a adaptarse a algo nuevo, a cometer un error, a no estar a la altura de las circunstancias, al qué dirán…. Ese miedo nos paraliza y nos hace volver al “tengo que”.

El miedo es un sentimiento natural en las personas, es una especie de alarma que nos alerta de algún peligro y, por ende, activa nuestra vigilancia, nos hace estar más pendientes, incrementa la precaución, hace que nos protejamos pero también el miedo nos paraliza, nos frena, es un obstáculo entre lo que es y podría ser, pero lo podemos tener de nuestro lado…

La persona libre es dueña de sí misma, piensa, si no tuvieras miedo, ¿que harías?, los niños no tienen miedo, experimentan y son los mas felices, cuantas veces decimos que alguien disfruta como un niño… a un niño le pones una serpiente al lado y la toma sin ningún tipo de miedo, ¿por qué? porque no sabe que es el miedo. Si nos fijamos en los niños, disfrutan, son felices, de todo hacen una fiesta, y van a buscar lo que ellos quiere realmente, un juguete, un abrazo, una sonrisa… hasta que alguien les dice No y aún así… no desisten de sus metas.

Creo que las personas adultas hemos ido perdiendo la capacidad de disfrutar y de seguir nuestras metas con tanta pasión como lo hace un niño, “el quiero” ya no es nuestro motor, sino casi un privilegio y ponemos por delante de nuestras inquietudes lo “socialmente correcto”.

Como dijo Ferdinand Galiani,
“El valor es el resultado de un grandísimo miedo”

La valentía nos enseña a defender aquello que vale la pena, a dominar nuestros miedos y a sobreponernos en la adversidad, la fortaleza interior es su alimento y el miedo su enemigo más acérrimo, pero sin uno no existe la otra.

Un anónimo escribió:
“Si el miedo es algo que todos sentimos, quién es más valiente ¿el que no lo muestra y no lo afronta o el que lo afronta peo si lo muestra?”

Creo de dentro de todos existe un héroe muy personal, un héroe para sí mismo, que diario enfrenta con valentía diversas circunstancias en su vida, y tienen el valor de vivir acorde a lo que quieren, ignoran el guión ya escrito y se arriesgan a descubrir las diversas opciones que da la vida. Lo que significa que toman el control de su vida, sin dejarse llevar constantemente. Esto implica una actitud creativa y abierta que permita evolucionar y desarrollarse como persona. Esa actitud se puede considerar como una lucha por alcanzar los sueños deseados. Supone tomar el control de nuestra vida para crear opciones nuevas que nos beneficien, viviendo la vida que realmente deseamos. No confían en que la suerte le hará llegar a dónde quieren.

Vivir una vida en la que yo elijo, es una vida que merece la pena ser vivida. Para eso merece la pena pararse a pensar cuáles son realmente nuestro sueños, qué es lo que nos gustaría alcanzar o dejar, y si es lo que realmente deseamos hacerlo, cambiar “el tengo que” por “el quiero”. Creo que en la vida hay que ser capaz de asumir riesgos para conseguir nuestras ilusiones y sacar rendimiento de nuestros recursos.

OSHO dice en su libro El libro del Ego,
“Una persona realmente madura no carga sus responsabilidades a nadie; se hace responsable de su propio ser”.

Ser valiente no es sencillo. En ocasiones, la valentía significa afrontar las consecuencias de nuestros actos, los productos de nuestros errores; La valentía es la diferencia entre hundirse o seguir nadando, nos hace personas ordinarias que pueden obtener resultados extraordinarios, se vive en el día a día, en las pequeñas cosas, no hace falta lidiar increíbles hazañas.

Decidir cómo quiero vivir, qué es lo que quiero hacer, que es lo que quiero sentir, depende de mí. Si me comporto como víctima, traslado mi responsabilidad a otros, si me comporto como víctima, me ensarto en una comodidad para poder quejarme de mi realidad sin hacer nada al respecto para cambiarla. Puedo verla como una tragedia o puedo verla como una oportunidad para aprender y hacer cambios, creo que las vivencias siempre son un paso adelante que me acercan mas a mis metas, aunque a veces crea que no, pero esa experiencia va a ser un mapa mas en mi camino para seguir o desechar.

Así que os invito a vivir en lo que queréis y no en lo que tengáis que… vida solo hay una y creo que debemos aprovecharla, exprimirla y sentirla hasta la última gota.

Lau

martes, 28 de julio de 2009

El Valor Positivo del "No"


Al parecer alguien en nuestra infancia omitió premeditadamente enseñarnos a decir que no, creo que en especial a las mujeres, las cuales creo que hemos sido educadas para agradar a los demás, ser buenas, saber quedar bien… y, al parecer, algunas nos lo hemos creído... por eso estamos tan dispuestas a sacrificar nuestro tiempo para atender las necesidades ajenas.

A lo largo de los siglos la palabra “No” se ha estimado o se ha visto socialmente hablando, incorrecta y con connotación negativa, pesimista, mala educación, “aguafiestas”, porque alguien agradable siempre tiene que agradar a los demás y ser siempre “buena” y “aguantar el tipo”….pero… ¿es cierto, es conveniencia, es manipulación?

Me explico con un ejemplo simple; cuando a alguien le preguntan ¿quieres ir al cine? (con la intencionalidad de quien pregunta quiere que le contesten que sí) y la persona responde: “No”…la cara de la persona que recibe la respuesta cambia… puede ser decepción, puede ser enojo, puede ser molestia, puede quedarse sin expresión… la emocionalidad cambia. La persona puede insistir e incluso chantajear emocionalmente a la otra persona para que acceda.

El “No” molesta.

¿Por qué? Porque no está sucediendo lo que queremos que suceda, no estamos escuchando lo que queremos oír, la persona no responde como queremos que lo haga y nuestras expectativas se truncaron puesto que nosotros ya habíamos decidido que íbamos a ir al cine, le hicimos nuestra propuesta a otra persona con la intención de que nos acompañase y así lo habíamos resuelto en nuestra cabeza.

Creo que las personas no somos egoístas por naturaleza sino que somos un tanto malcriados/as y queremos que la vida fluya como queremos y cuando no es así nos enfadamos, nos molestamos, nos frustramos incluso, porque generamos nuestras propias expectativas y esperamos que los demás las acepten y las cosas sucedan como queremos que pasen. Como un niño pequeño que si no le dan el dulce que quiere, patalea.

El decir "No", genera incluso incomodidades, genera malestar, pero para quien lo escucha y por no afrontar la reacción de otra persona llegamos a acceder a hacer cosas que No queremos hacer o No me apetece y con esto no me refiero a “ceder” (una vez por ti y otra por mí en temas transcendentales, como cuando salimos la pareja y cedemos en el tipo de vino que a él le apetece tomar o la película que hoy vamos a ver), sino en cosas importantes para nosotros y que tienen un impacto mas allá de ir al cine a ver una película o no.

¿Por qué nos cuesta decir que no? Son varias las razones: la búsqueda de aprobación, la preocupación por ayudar a los demás a la espera de que éstos hagan lo propio con nosotras en el futuro, la evitación de las situaciones de confrontación

El decir "No", tiene consecuencias.

Hace pocos meses descubrí la libertad absoluta de decir “No”. Me sentí liberada, me sentí a gusto conmigo misma y me di cuenta de las veces que me había traicionado a mí misma por no haber dicho “No” a tiempo y los problemas que me había acarreado no hacerlo: problemas personales, problemas con amistades, problemas laborales, problemas familiares… persona a las que les debía haber parado los pies, personas a las que incluso parecía que les estaba rindiendo pleitesía por no haberles dicho “No”… mi imagen frente a ellos esa una cadena que me ahogaba y lo peor de todo es que yo sola la seguía apretando mas hasta que me di cuenta que si yo No me valoraba a mí misma nadie lo haría y debía preocuparme primero de que mi imagen fuese congruente conmigo, con mis emociones, con mis sentimientos, con mis metas, después vendrían los demás y No debía importarme la opinión de todo el mundo, sino de quien realmente merece la pena para mí.

Hay personas que utilizan la manipulación para conseguir lo que quieren con expresiones… “Seguro que no te importa…” Si te quieren forzar a algo, no lo permitas, dí claramente: “No”, ten el valor de decir a la persona que no de por hecho que vas a hacerlo, que se sienta libre de pedirlo pero que te de la libertad a ti de decidirlo.

Otro tipo de manipulación es la respuesta victimista a un “No”, emplean la técnica de hacerse las víctimas para dar pena y conseguir su propósito, para mí es el mas lamentable… creo que es señal que así se manejan en su vida hasta ahora, al menos, y lo utilizan para querer hacer sentir pena por ellos de manera consciente o peor aún, buscan a terceros para que hablen por ellos…

La declaración del “No” tiene que ver con nuestra capacidad de poner límites, define el respeto que nos tenemos a nosotros mismos y el que vamos a exigir que los demás tengan por nosotros; creo que es la declaración que mas compromete nuestra dignidad como personas.

Rafael Echeverría escribe en su libro “Ontología del Lenguaje”,
“Cada vez que consideremos que debemos decir que NO y no lo digamos, veremos nuestra dignidad comprometida. Cada vez que digamos No y ello sea pasado por alto, consideraremos que no fuimos respetados.”

¿Alguna vez os parasteis a pensar los logros de muchas personas por haber dicho "No"? No a las viejas ideas, No a la forma de pensar generalizada de la sociedad o No a que la tierra es plana... Muchos de ellos pagaron con sus vidas, o por lo menos con críticas significativas que les costaron separarse de los demás. Y quizás sea este el motivo de nuestro reconocimiento y admiración: ejercer el derecho de decir "NO" cuando quieren decir que "NO".

Puedes decir “No”.

Algunas personas creen que “si digo que No… soy un mal educado, que los sentimientos de los demás van a cambiar, soy un egoísta, dejará de quererme…” Creo que si la persona nos respeta no será así, no tiene porqué gustarle, no tiene porque coincidir con nosotros, pero no intentará una y otra vez o hacernos cambiar de opinión o hacernos chantaje emocional para que hagamos o digamos lo que él o ella quiere.

Creo que debemos diferenciar el derecho de decir No de la falta de respeto a otras personas. Cuando decimos cuando queremos decir No, violamos nuestros propios derechos al no ser capaz de expresar opiniones, pensamientos, sentimientos y de ese modo permitimos a los demás quebrantarlos o los acabemos expresando con disculpas y con falta de confianza.

Cuando decimos “No”, pienso que el mensaje que les estamos enviando es
“esto es lo que yo pienso; esto es lo que yo siento; así es como veo la situación”.

Al decir “No”, es normal que sintamos ansiedad, nerviosismo, incomodidad pero creo que debemos valorar las consecuencias positivas a largo plazo.

En ocasiones, yo he pagado muy caro el no haber dicho “No” o no haberlo dicho a tiempo, y también he tenido consecuencias por haberlo dicho, puede ser: “No”, “hasta aquí”, “No más”, “No quiero”, “No me gusta, “No voy”, “No estoy de acuerdo”, “No pienso como tú”, “No te doy la razón”… etc.

Leí en un escrito en la página de Ricardo Ros que me gustó: "Cuando alguien te pida algo que no puedas dar, mírale a los ojos, sonríele y dile que No, dejándole muy claro que le aprecias, que le valoras, que le quieres. Tan normal es pedir como decir que No. Cuando sabes qué quieres y cuándo lo quieres, es mucho más fácil decir que No a cosas que no puedes dar o a cosas que te apartan de tus valores o de tus metas."

Decir “No”, a veces no es fácil, pero merece la pena, aprender a decir “No”.

Tienes derecho a decir “No” y a no sentirte culpable por ello, decir no es respetarte a ti mismo/a, alimenta el arte de ser nosotros mismos.

Lau

lunes, 27 de julio de 2009

No tomes como prioridad a quien te toma como opción



Curiosa frase, en positivo podría decir: “Dale Prioridad a quien no te toma como una Opción”
No se de quien es esta frase, sinceramente, pero he observado que provoca diferentes opiniones y puntos de vista.

Algunos piensan que cabe la posibilidad que el que te toma por opción, termine dándote prioridad...otros que el que no te da prioridad te toma como opción.

Estoy de acuerdo con las dos opiniones… y para mí se basa la diferencia en la temporalidad y en las vivencias humanas.

Por ejemplo, siempre una relación comienza como una opción, luego si el clima es bueno suavemente madura, sino se trunca y cae. ¿No es bueno que pudiésemos tener una opción en puerta...? La opción puede ser una oportunidad y convertirte en prioridad.

Cuando esa relación, sea amorosa, amistosa, laboral… se trunca y nos empeñamos en mantenerla, nos hacemos daño, sin querer damos prioridad a personas que queremos ubicar en un aspecto de nuestra vida que ellas no quieren ocupar o que es mejor que no ocupen. Todos tenemos el derecho a elegir ese lugar y cuando las dos personas se ponen de acuerdo, ya que una relación es de dos, surgen las separaciones o las uniones.

Creo que hay personas en nuestra vida que ocupan un lugar prioritario, familia, pareja, amigos, hay personas que ocupan un nivel diferente, compañeros (trabajo, copas, viajes…) y otras personas pasan a ser conocidos. No significa que sean menos o mas que otros simplemente acorde a nuestras decisiones decidimos que tipo de relación queremos mantener con ellos/as. No creo que sea positivo ni negativo simplemente depende de cómo nos sentimos con ellos. Hay personas que nos pueden caer muy bien, pero no forman parte de nuestro círculo de confianza ciega, otros forman parte de nuestro círculo de vivencias, otros forman parte de nuestra vida cotidiana y otros los vemos de año en año sin pensar demasiado en ellos.

Tampoco creo que sea directamente proporcional respecto a cuantas veces a la semana hablamos con ellos, o nos vemos o quedamos, ese vínculo viene dado por nuestras emociones y sentimientos. Por ejemplo yo tengo amigos desde hace 34 años, y a penas nos vemos, yo vivo en un país y el destino a ellos les llevó a vivir en otro diferente, pero mis sentimientos hacia ellos no ha cambiado, otros los veo cada semana, otros los veo una vez al mes… pero siguen siendo amigos. Hay personas que veo diario y las considero conocidos.

Cuando mis prioridades no están claras, surgen choques conmigo misma, cuando me empeño en mantener a una persona en un círculo al que no pertenece, por lo menos en este momento, surgen emociones y sentimientos encontrados, y sufro.

Desde hace unos meses estoy ordenando mis prioridades, ha habido satisfacciones, reproches, duelos, alegrías y penas, pero estoy satisfecha por que yo soy quien está tomando las decisiones de incluir o excluir en mi vida lo que creo que debo, basándome en mi paz interior y en las personas que respetan mi vida, mis decisiones y mis sentimientos, estén o no estén de acuerdo con dichas decisiones… nunca dije que todo el mundo lo aceptase, ¿por qué? Porque cada uno de nosotros/as vemos la vida de diferente manera, hay cosas que nos gustan y otras no, hay comportamientos, arbitrajes, vivencias que las sentimos de diferente modo y esa es la belleza de las relaciones humanas. Somos capaces de ver a través de nuestro cristal personal la misma situación desde diversos ángulos, aplicando nuestros juicios personales acordes a nuestra educación, emoción, relación, conocimiento… tomamos partido por aquello que concuerda con nuestra paz interior o por nuestra cercanía.

También creo que las personas a lo largo de nuestra vida pueden cambiar en varias ocasiones de “nivel” en nuestras relaciones. ¿Os ha pasado alguna vez que tras un viaje, una vivencia una persona a la que considerabais “compañero/a de copas” pase a ser amigo o viceversa? ¿e incluso mas adelante vuelva a cambiar de posición, por alejamiento, por acercamiento?

El mundo es nuestro y nosotros decidimos con quien compartirlo y cuando.
En fin, yo si estoy de acuerdo con no darle prioridad a personas que nos toman como una opción, pero creo que en el momento en el cual nos han demostrado que efectivamente somos una opción mas, no una opción en la cual se acercan a conocer mas profundamente y que se puede transformar en prioridad.

Creo que debemos vivir abiertos a vivencias, a opciones, pero también que debemos encontrar el límite de temporalidad para decidir hasta cuando la opción es prioridad o la prioridad es una opción.

Lau






viernes, 10 de julio de 2009

De todas maneras

El otro día analizando mis cavilaciones, me di cuenta que en ocasiones dedico un porcentaje mas amplio de mis pensamientos enfocado en los demás mas que en mí misma. ¿Qué piensan? ¿Qué sienten? ¿Qué opinan? ¿Qué pensarán? Ufff es agotador.

Creo que el ser persona y humana, en un mundo tan domesticado hacia lo políticamente correcto e incorrecto, dedicado a opinar sobre cómo viven la vida los demás, cómo se expresan, cómo y qué deciden… a veces no es facil, la opinión de determinadas personas tienen un impacto importante en nosotros, especialmente la opinión de las personas que nos importan, admiramos o nos agradan. Creo que en parte es normal preocuparse por la opinión de uno mismo expresada por otros… ¿pero que pasa cuando decido vivir mi vida sin importarme la opinión de los demás? ¿Qué pasa cuando no estoy de acuerdo con el protocolo social, especialmente el tradicional, y no sigo esos códigos? Preparémonos para una lluvia de críticas, de alejamiento social incluso y para estar en el punto de mira… es el deporte nacional…

Tengo la costumbre de aislarme de vez de cuando, de estar conmigo misma y mis pensamientos, mis emociones, analizando mi presente y trazando mi estrategia hacia mis metas, me siento muy cómoda, examino, considero, busco mi felicidad y el ser congruente con mis emociones, sentimientos y mis palabras. Cuando soy congruente, todo fluye, estoy relajada, tranquila, feliz, cuando hago algo que no es congruente conmigo y lo es con los demás me intenso, me agobio, me estreso, me incomoda y además ¡me agota! Realmente es agotador.

Cuando yo no soy la protagonista de mi vida, significa que alguien más lo esta siendo, por lo que yo tengo un papel secundario en ella. Dejo de ser la directora de mi historia, dejo de ser la actriz principal y les cedo mi estrellato a otros.

No creo que las personas lo hagan con malicia, sino que creo que cada personas juzgamos a los demás o su comportamiento de acuerdo a nuestros valores, a nuestra manera de ver la vida, a nuestras metas, a lo que nos gusta en definitiva, y cuando otra persona actúa o dice algo que no nos gusta entonces hablamos o criticamos u opinamos e incluso nos enfadamos, pero ¿Con quien realmente? ¿Con ella o con nuestro ego? ¿Por qué? Porque nos enfadamos con nosotros porque no han sucedido las cosas como nosotros queremos, acorde a nuestro código de conducta o acorde a nuestra opinión… no podemos controlar la vida de los demás, porque entonces no les pertenecería a ellos.

En ocasiones me he sentido estresada porque sabía que me estaban observando o juzgando o así me he sentido, quizás era el cuento que yo me contaba, quien sabe, pero eso ha sucedido cuando he dejado de confiar en mí misma y lo peor de todo, estaba tan pendiente de agradar a la persona que tenía delante que me olvidaba de lo que yo quería.

Hace pocos meses me encontré en esa situación en el ámbito laboral. Dejé de confiar en mi, dejé de buscar mi propia verdad y mi congruencia, porque me dejé intimidar y decidí vivir en el miedo. Cuando indagué en mi felicidad, cuando indagué en mis metas, cuando indagué en las consecuencias de vivir la vida como los demás pensaban que debía vivirla… exploté. Me agobié, me deprimí, me volví irascible, es decir, víctima de mí misma, dejaba que los demás decidiesen y opinasen sobre mí. Cuando decidí que eso se acababa y decidí dejar de ser víctima, entonces todo empezó a cobrar sentido, todo empezó a rodar, volví a disfrutar sin presiones y con libertad, la diferencia fue mi actitud, decidí volver a ser yo.

Me gusta ser congruente con mi vida, me gusta ser yo misma, me gusta aprender, me gusta conocer, pero también soy consciente que no a todo el mundo le voy a gustar, ¿y? Creo que la amigabilidad es uno de los mayores enemigos del ser humano. Una cosa es ser amigable y otra muy distinta querer agradar a todo el mundo.

Yo decido agradarme a mi misma, y siendo yo y congruente, encuentro a mis amigos, pareja, familiares y estoy de acuerdo y en desacuerdo, pero lo mas importante es el respeto que nos tenemos a nuestras ideas y forma de vida, porque no queremos controlar la vida de los demás, opinamos si nos piden consejo, pero al fin y al cabo la vida es nuestra. También implica el decir no o decir adiós a otras personas que no concuerdan con nosotros o no respetan nuestras decisiones. Un adiós a tiempo es una esperanza en el futuro y una tranquilidad también.

Os comparto una poesía que tengo colgada en la pared de mi casa desde que tengo 16 años, me la regaló un poeta callejero en las Fiestas del Pilar, se que no es de él, pero no me importa, cada día que la leo me hace ser mejor conmigo misma, y por consiguiente con los demás.


“La gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica. De todas maneras, me gusta.
Si haces el bien, la gente te acusará de motivos ocultos interesados. De todas maneras, haz el bien.
Si eres afortunado, ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos. De todas maneras, prospera.
El bien que hagas hoy será olvidado mañana. De todas maneras, haz el bien.
Honestidad y franqueza te hacen vulnerable. De todas maneras, se honesto y franco.
Lo que hayas construido durante años, puede que sea destruido en una noche. De todas maneras, construye.
La gente necesita ayuda de verdad, pero te pueden atacar si tú los ayudas. De todas maneras, ayúdalos.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes y no te lo reconocerán.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes, de todas maneras”