Creo que mucha gente vive día a día con la frase en la cabeza… “tengo que…”, tengo que hacer un reporte, tengo que lavar, tengo que ir a una comida, tengo que ver a una amiga, tengo que quedar bien, tengo que, tengo que, tengo que, tengo que…
A pesar de haber conseguido muchas cosas durante nuestra vida, nos juzgamos o nos sentimos como si no tuviéramos nada, todo se enfoca a cumplir una lista de “To Do´s” diaria que mentalmente hace que vayamos palomeando un largo índice que controla nuestras actividades cotidianas, nuestras decisiones, nuestras metas y yo por lo menos acababa exhausta…
¿Os suenan conocidas estas frases?
- “Estoy harta de mi trabajo” o “de lunes a viernes no paro… no tengo tiempo para mí… solo me relajo el fin de semana y aún así “tengo” que hacer lo que no me da tiempo de hacer entre semana”
- “Ya no quiero salir con esta chica, pero me da miedo dejarla… me da pena y yo me voy a quedar solo de nuevo”
- “ Mi vida es un caos, si mis padres no se hubiesen divorciado, si hubiese tomado el otro trabajo, si mi novio no me hubiese dejado, si esta tía no se hubiese metido en medio, si el gobierno aprobase unas leyes mas justas, si…, si… si…”
Hoy en día que vivimos en una sociedad que nos exige que vayamos a 1000 por hora, nos dicen en la televisión lo que debemos hacer, comprar y pensar, qué es lo políticamente correcto, cómo debemos trabajar, qué debemos decir, cómo lo debemos decir y viven bajo una constante presión para intentar mantener nivelado todo, su trabajo, familia, pareja, amigos, eventos, la casa, el coche… y siguen aplicándolo también en sus propios sueños, adaptándolos a lo que la vida les ofrece en ese momento y se olvidan de lo que ellas quieren para sí mismas, sustituyen el “quiero” por el “tengo que” , dejan que la vida decida por ellos u otras personas, en su defecto.
Tomar cartas en el asunto, no es fácil, todo hay que decirlo, pero depende de nosotros, tomar las riendas de nuestra vida y empezar a hacer lo que realmente queremos hacer y no lo que tenemos que hacer… creo que se necesita valor para enfrentarse a lo que realmente queremos y llevarlo a cabo.
El miedo a lo desconocido, a las consecuencias, a enfrentarnos a una situación diferente que no conocemos y que no sabemos como va a resultar es todo un reto personal, el miedo a adaptarse a algo nuevo, a cometer un error, a no estar a la altura de las circunstancias, al qué dirán…. Ese miedo nos paraliza y nos hace volver al “tengo que”.
El miedo es un sentimiento natural en las personas, es una especie de alarma que nos alerta de algún peligro y, por ende, activa nuestra vigilancia, nos hace estar más pendientes, incrementa la precaución, hace que nos protejamos pero también el miedo nos paraliza, nos frena, es un obstáculo entre lo que es y podría ser, pero lo podemos tener de nuestro lado…
La persona libre es dueña de sí misma, piensa, si no tuvieras miedo, ¿que harías?, los niños no tienen miedo, experimentan y son los mas felices, cuantas veces decimos que alguien disfruta como un niño… a un niño le pones una serpiente al lado y la toma sin ningún tipo de miedo, ¿por qué? porque no sabe que es el miedo. Si nos fijamos en los niños, disfrutan, son felices, de todo hacen una fiesta, y van a buscar lo que ellos quiere realmente, un juguete, un abrazo, una sonrisa… hasta que alguien les dice No y aún así… no desisten de sus metas.
Creo que las personas adultas hemos ido perdiendo la capacidad de disfrutar y de seguir nuestras metas con tanta pasión como lo hace un niño, “el quiero” ya no es nuestro motor, sino casi un privilegio y ponemos por delante de nuestras inquietudes lo “socialmente correcto”.
Como dijo Ferdinand Galiani, “El valor es el resultado de un grandísimo miedo”
La valentía nos enseña a defender aquello que vale la pena, a dominar nuestros miedos y a sobreponernos en la adversidad, la fortaleza interior es su alimento y el miedo su enemigo más acérrimo, pero sin uno no existe la otra.
Un anónimo escribió: “Si el miedo es algo que todos sentimos, quién es más valiente ¿el que no lo muestra y no lo afronta o el que lo afronta peo si lo muestra?”
Creo de dentro de todos existe un héroe muy personal, un héroe para sí mismo, que diario enfrenta con valentía diversas circunstancias en su vida, y tienen el valor de vivir acorde a lo que quieren, ignoran el guión ya escrito y se arriesgan a descubrir las diversas opciones que da la vida. Lo que significa que toman el control de su vida, sin dejarse llevar constantemente. Esto implica una actitud creativa y abierta que permita evolucionar y desarrollarse como persona. Esa actitud se puede considerar como una lucha por alcanzar los sueños deseados. Supone tomar el control de nuestra vida para crear opciones nuevas que nos beneficien, viviendo la vida que realmente deseamos. No confían en que la suerte le hará llegar a dónde quieren.
Vivir una vida en la que yo elijo, es una vida que merece la pena ser vivida. Para eso merece la pena pararse a pensar cuáles son realmente nuestro sueños, qué es lo que nos gustaría alcanzar o dejar, y si es lo que realmente deseamos hacerlo, cambiar “el tengo que” por “el quiero”. Creo que en la vida hay que ser capaz de asumir riesgos para conseguir nuestras ilusiones y sacar rendimiento de nuestros recursos.
OSHO dice en su libro El libro del Ego, “Una persona realmente madura no carga sus responsabilidades a nadie; se hace responsable de su propio ser”.
Ser valiente no es sencillo. En ocasiones, la valentía significa afrontar las consecuencias de nuestros actos, los productos de nuestros errores; La valentía es la diferencia entre hundirse o seguir nadando, nos hace personas ordinarias que pueden obtener resultados extraordinarios, se vive en el día a día, en las pequeñas cosas, no hace falta lidiar increíbles hazañas.
Decidir cómo quiero vivir, qué es lo que quiero hacer, que es lo que quiero sentir, depende de mí. Si me comporto como víctima, traslado mi responsabilidad a otros, si me comporto como víctima, me ensarto en una comodidad para poder quejarme de mi realidad sin hacer nada al respecto para cambiarla. Puedo verla como una tragedia o puedo verla como una oportunidad para aprender y hacer cambios, creo que las vivencias siempre son un paso adelante que me acercan mas a mis metas, aunque a veces crea que no, pero esa experiencia va a ser un mapa mas en mi camino para seguir o desechar.
Así que os invito a vivir en lo que queréis y no en lo que tengáis que… vida solo hay una y creo que debemos aprovecharla, exprimirla y sentirla hasta la última gota.
Lau
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