La
PNL o Programación Neurolingüística, basa su nombre en que el cerebro humano es
como un súper ordenador que puede ser programado por la propia persona con el
objetivo de obtener un rendimiento óptimo. Podemos instalar, borrar y actualizar nuestros propios programas los cuales provienen de nuestras creencias, miedos, experiencias y educación.
Nuestra capacidad para hacer
cualquier cosa en la vida está basada en nuestra aptitud para dirigir nuestro
propio cerebro (nuestro verdadero ordenador personal). No tiene nada de
místico. Tampoco contiene ideología. Es una ciencia práctica que puede ser
empleada por cualquier persona desde el primer momento.
El
dominio de la PNL, permite, entre otras muchas cosas, realizar
"modelajes". Si quiere mejorar en cualquier campo relacionado con los
estudios, el deporte o cualquier otra afición, podrá usar las técnicas de PNL
para avanzar con muchísima rapidez. Es como disponer de un atajo para el
aprendizaje.
Pero
además, la PNL resulta una "herramienta" extraordinaria para superar
barreras mentales, mejorar la personalidad, incrementar la capacidad de
comunicación y "crecer" como ser humano. Puede modificar conductas y
hábitos negativos en cuestión de minutos. Tan grande es el campo que abarca que
se instruye con técnicas de PNL a ejecutivos, profesores, médicos, deportistas
de elite, militares, psicólogos y profesionales aventajados.
La
PNL constituye un modelo, formal y dinámico de cómo funciona la mente y la
percepción humana, cómo procesa la información y la experiencia y las diversas
implicaciones que esto tiene para el éxito personal. Con base en este
conocimiento es posible identificar las estrategias internas que utilizan las
personas de éxito, aprenderlas y enseñarlas a otros (modelar); para facilitar
un cambio evolutivo y positivo.
La
PNL es el estudio de lo que percibimos a través de nuestros sentidos (vista,
oído, olfato, gusto y tacto), cómo organizamos el mundo tal como lo percibimos
y cómo revisamos y filtramos el mundo exterior mediante nuestros sentidos.
ANCLAJES
Hablar de "anclajes"
es parte de la Programación Neurolingüística (PNL).
Nuestra
vida está llena de anclajes, y se rige por anclajes, por lo tanto nuestras
relaciones también, incluso cuando son con nosotros mismos.
¿Qué es un Anclaje?
Es
la asociación automática entre un estímulo y una respuesta emocional. Por
ejemplo: Cuando escucho una canción, ésta me recuerda
a una persona y me provoca una emoción respecto a esa persona y a lo que viví
con ella. Otro ejemplo: Cuando conduzco y veo que el semáforo está en
rojo, me paro.
Esto simplemente demuestra que nuestra mente se puede
transportarse del “aquí y el ahora”
en cualquier momento y revivir visual, auditiva y kinestésicamente cualquier
situación pasada.
Anclar es asociar, por lo tanto podemos aprender a
unir conductas de excelencia por medio de señales las cuales pueden ser
palabras, gestos, sonidos, entre otras.
Los
anclajes también pueden percibirse de manera diferente acorde al contexto, por
ejemplo: Escuchar el Himno nacional en la radio cualquier día o escucharlo el
día de la fiesta nacional en el extranjero. La carga emocional, cambia.
Existen
anclajes positivos y anclajes negativos:
Los anclajes positivos nos traen una buena sensación o nos ayudan a realizar
alguna tarea… Buenos hábitos.
Los anclajes negativos nos causan una mala sensación o nos obligan a realizar algo
que no queremos, actos repetitivos como malos hábitos…
Existen
anclajes conscientes y anclajes inconscientes.
Los
procesos de ansiedad o de depresión, por ejemplo, están basados en anclajes
negativos conscientes e inconscientes.
Los
anclajes que tenemos pueden impulsar o limitar.
Cuando un anclaje nos Impulsa. Ciertos estados
internos como la alegría, el dinamismo, la confianza en si mismo, la seguridad
y la concentración son estados favorecedores o estados recursos. Son estados
óptimos que nos permiten vivir situaciones en posesión de todos nuestros
medios.
Cuando un anclaje nos limita. La tristeza, la duda, la angustia, la frustración,
son estados limitantes. Nuestra
emoción es capaz de cegarnos y de actuar de manera imprudente, reaccionamos a
un estímulo de manera emocional. Por ejemplo: ¿os acordáis de la película de Regreso al futuro? Marty Macfly cambiaba
su actitud cuando le decían “gallina”, y reaccionaba por impulso con
consecuencias que afectaban a su presente y futuro. Estas reacciones no distan
mucho de la realidad… ya que cada una de ellas cambia el resultado obtenido.
¿Qué
pasa cuando nos afectan a la hora de tomar decisiones? No actuamos o actuamos
de manera irracional, por mero impulso.
Este
tipo de anclajes nos van encerrando en nosotros mismos, se crea un círculo de
miedos que nos limitan para avanzar y se forjar creencias que van llenado
nuestro propio libro de reglas con “verdades” inamovibles y rígidas. Estos
anclajes nos atan, no nos dejan seguir avanzando y vienen acompañados de
emociones negativas para caer en revivir una y otra vez situaciones pasadas, nuestra mente las vuelve a vivir en todas sus dimensiones y
con la misma carga emocional.
¿Cuántas
veces pagamos por un mismo error? La respuesta es: miles de veces. El ser
humano es el único animal sobre la tierra que paga miles de veces por el mismo
error. Los demás animales pagan sólo una vez por cada error. Pero nosotros no.
Tenemos una gran memoria. Cometemos una equivocación, nos juzgamos a nosotros
mismos, nos declaramos culpables y nos castigamos. Si fuese una cuestión de
justicia, con eso bastaría; no necesitamos repetirlo. Pero cada vez que lo
recordamos, nos juzgamos de nuevo, volvemos a considerarnos culpables y nos
volvemos a castigar, una y otra vez, y otra, y otra más. Si estamos casados,
también nuestra mujer o nuestro marido nos recuerda el error, y así volvemos a
juzgarnos de nuevo, nos castigamos otra vez y nos volvemos a sentir culpables.
¿Acaso es esto justo? Los Cuatro
Acuerdos, Miguel Ruiz
Pero
de la misma forma en que podemos neutralizar anclajes negativos, podemos crear
anclajes positivos. Existen ejercicios que sirven
para eliminar la carga emocional de un anclaje, y por ende la reacción o
conducta ante él, la cual yo decido y controlo, evito la reacción.
Podemos crear anclajes a la
carta, analógicos o digitales, encadenados o apilados, fisiológicos o
cognitivos e incluso, si me apuran, podemos colapsar anclajes o hacer
auto-anclajes. Todo depende del gusto del consumidor :-)) Podemos anclar
sentimientos, recursos, estados...
Ricardo
Ros
¿Cómo lo consigo?
Para actuar un papel, un actor debe
entrar en el estado interno correspondiente al perfil del personaje que
encarna. Un rol de composición bien llevado le hace entrar en diferentes estados
internos que él maneja en función de lo que quiere expresar.
Esto nos muestra que tanto entramos
en un estado interno como salimos de él. Es una elección, pero hemos tomado la
costumbre de seleccionar los estados internos que para nosotros corresponden a
situaciones conocidas, de modo que la mayoría de nuestros estados sobrevienen
sin intervención consiente de nuestra parte.
El papel de la fisiología es
importante en la composición del estado interno. Por ejemplo: negociar en un
período de gran fatiga o luego de una enfermedad minimiza nuestra aptitud para
poner en juego nuestros recursos personales. Cuando se prevé una negociación
importante y nuestra fisiología está debilitada, es mejor aplazar esa
entrevista.
Así que para crear anclajes nuevos positivos y
que me impulsen, necesito
identificar cuál es el anclaje negativo, qué me lleva al revivirlo, la emoción
que provoca en mí y cómo reacciono y así darme cuenta qué recurso es el que me
falta para poder afrontarlo ya sin esa carga emocional y esa reacción o acción.
EJEMPLO 1:
Hábito Negativo: Selecciona el recurso que
necesitas, es decir cómo necesitas sentirte. Cerciórate de que se trata de un
estado interno y no de una idea o de un concepto.
PEREZA: Me cuesta levantarme por
las mañanas, eso es una dificultad para mí. Voy a crear un anclaje que me
permita saltar de la cama sin problemas.
Relájate,
estírate bien y haz una profunda aspiración abdominal
PROCESO DE CAMBIO DE ANCLAJE:
1.
Lo primero que necesitas
es encontrarte
asociado con la experiencia, así que busca algún momento de tú vida en
que te has levantado de la cama sin dificultad; puede ser lejano o reciente. Es mejor elegir el
recuerdo más próximo: Ej. Cuando me levanté a las 5 de la
mañana para coger un avión que me llevaba de vacaciones al Caribe y salté de la
cama raudo y veloz, contento y dispuesto a enfrentarme al día.
Estar asociado y
congruente significa recordar aquello tal como lo viví, qué veía, las formas,
los colores, cómo me sentía, que pensaba, la emoción del momento… Se le llama VMA (Visualización
Mental Asociada).
Y mientras ves esa imagen con la mayor precisión posible, recuerda
los diversos sonidos de esta imagen, tú usted sientes que se produce en ti la
“sensación recurso”. Concéntrate en esta sensación hasta estar plenamente en
contacto con ella. Amplifícala activando la imagen y los sonidos.
2.
En el momento en que
"notes" la misma sensación que tuviste aquel día, fíjala,
asóciala, ánclala, con un gesto, por ejemplo, aprieta la uña de tu dedo
meñique de la mano izquierda con los dedos pulgar e índice de tu mano derecha y
mantenlo apretado durante unos diez segundos.
Acabas de hacer un
auto- anclaje. Repite la experiencia al menos tres veces para reforzar la
sensación, sobre todo si la situación evocada es bastante antigua…
3. Ahora verifica si funciona: Si aprieto la uña, experimento nuevamente
el estado. Algunas personas acceden inmediatamente al estado recurso deseado.
Otras, necesitan un entrenamiento progresivo. Este ejercicio requiere mucha
concentración.
4.
Haz un puente con el futuro, en VMD (Visualización Mental Disociada). A Piensa
ahora en que te tienes que levantar de la cama mañana por la mañana a las 5 am,
así que crea la película de esta situación y proyéctate mentalmente activando
tu ancla-recurso (gesto de apretar la uña). Tú te vas a ver actuar, está esta
vez “disociado”, es decir espectador
de ti mismo y observa tú comportamiento (recurso) haciéndolo. Acabas de hacer
una “transferencia de recurso auxiliar” de
un contexto al otro.
Si repito esto mismo varias veces, lo que voy a conseguir
es asociar eso que no tiene nada que ver, apretar la uña, con una respuesta
emocional positiva llena de recursos para levantarme.
Es decir, la próxima vez en que tenga pereza para
levantarme, si yo aprieto la uña, automáticamente me vendrá la misma sensación
que yo tuve el día de mi feliz viaje al caribe. Se habrá abierto un canal
neurológico nuevo, que me permitirá poner en marcha nuevos recursos. En
realidad, la pereza que yo sentía para levantarme era un anclaje negativo,
nadie nace con pereza para levantarse. Por lo tanto, un anclaje sustituye al
otro.
Ejemplo 2:
Situación que me provoca miedo, por lo que tengo que generar
valentía: necesito
tener confianza en mi mismo.
Negociación: Tengo que negociar un contrato con un cliente
muy importante y con fuerte carácter y persistencia.
Para negociar, es necesario
entonces comenzar por seleccionar y sintonizar el estado interno favorable a la
negociación. ¿Cuáles son los “Estados
Recursos” indispensables para el negociador? La confianza en uno mismo, el
dinamismo, la disponibilidad, el coraje, la perseverancia, la concentración,
la voluntad... Así que pregúntate qué estado recurso necesitas en la
negociación precisa. Puede suceder que el estado más favorable para ti requiera
de una composición particular de numerosos estados recursos. El estado óptimo
puede encontrarse, por ejemplo, en un cierto porcentaje de confianza en uno
mismo, de disponibilidad y de agresividad.
Selecciona el recurso que
necesitas. Verifica de antemano que se trata de un estado interno y no de una
idea o de un concepto.
Relájate, estírate bien
y haz una profunda aspiración abdominal
Cambio de Anclaje:
1. Asociarse: Rastra en tu memoria el recuerdo de una situación en la que ha
experimentado este recurso. Ej. Confianza en uno mismo. Rastra en tu memoria el
recuerdo de una situación en la que ha experimentado la confianza en ti mismo.
2. Ánclala: En el momento en que "notes" la misma
sensación que tuviste aquel día, fíjala, asóciala, ánclala, con un
gesto, sonido, palabra… repite cuantas veces sea necesario.
3. Verifica: Cerciórate de que funciona el anclaje
4. Haz un puente con el futuro: Visualízate en la junta con el cliente negociando,
crea la película de esta situación y proyéctate mentalmente activando tu
ancla-recurso.
Somos capaces de
hacer nuestros propios anclajes, cambiar la emocionalidad que nos producen y
que nos lleven estos a una mejor calidad de vida cuando lo decidamos. Esto es
saber que yo tengo el control sobre mi propia vida y nadie más.
Lau